martes, 26 de marzo de 2013

Así nacen las cosas, de Juli Capella, y Pensar con imágenes, de Enric Jardí

¡Dos por uno! Ya eran casi dos meses sin anotar nada en mi diario. Últimamente andaba interesado en la disciplina Design Thinking y, para evitar librillos inanes que consumen tiempo para nada, u obritas de moda que aprovechan bien la ola del hype sin tener chicha, me decidí a ir directamente a informarme sobre el Diseño en sí mismo, sin más sofisticaciones.

Y piqué con estos dos libros, felizmente, tengo que admitirlo. El primero, "Así nacen las cosas", de Juli Capella, me sedujo con sólo hojearlo: me hizo recordar aquellos libros temáticos, visuales, que devoraba de pequeño: dinosaurios, geografía, la vida en el mar, los felinos, los piratas, el imperio romano, etc. La mezcla de fotos ilustrativas y diseños industriales con unos textos ágiles, bien escritos, te engancha en la lectura, haciéndote querer leer más, saber más. En cada capítulo, se detalla la historia y el diseño de objetos de todo tipo: la silla, el bolígrafo, el ratón de ordenador, las gafas, el reloj de pulsera,... Algunas curiosidades son realmente impactantes, en otros casos el puro azar debe llevarse todo el mérito, y en muchas ocasiones el más franco pragmatismo ha empujado a inventores, diseñadores, empresarios, a crear nuevas soluciones a nuevos o viejos problemas. Recomendaría este libro a cualquiera, podría ser incluso un bonito regalo.

El segundo, "Pensar con imágenes", de Enric Jardí, está dedicado al diseño gráfico y, específicamente, a cómo expresar con imágenes ideas o conceptos. El planteamiento del libro es rompedor e incita al juego: cada página impar plantea un desafío al lector para que piense cómo lograría expresar una idea concreta con imágenes, y en la página par, en su reverso, se muestra qué imagen se creó originalmente para resolver el problema. El riesgo que corre uno es devorar el libro en apenas 30 minutos, con el ansia que tiene un niño abriendo regalos. Pero lo mejor, lo que le da calado al libro, es que Jardí aprovecha el juego para ir formándonos en las bases conceptuales del diseño gráfico: desde la teoría del signo de Saussure, o el modelo de Pierce, hasta las figuras retóricas como la metáfora, la anáfora o la elipsis. Y sin dolor. Más bien al contrario: el lector acaba con ganas de profundizar, pero claro, del mismo modo... y eso sería mucho más difícil, el siguiente paso promete ser mucho más académico y árido.

Han sido dos pequeños disfrutes intelectuales, cuya lectura se ha extendido a lo largo de dos meses por falta de disponibilidad y por otras lecturas más profesionales. Un placer, en todo caso.