jueves, 4 de septiembre de 2014

No pienses en un elefante, de George Lakoff

Interesantísimo ensayo sobre la comunicación política en EEUU. Todo lo que dice es procedente, es coherente, es real, se puede sentir no sólo en la política estadounidense, sino además en la española. Aunque es una crítica de los planteamientos políticos conservadores, su punto de partida es el siguiente: las democracias no funcionan de la manera que racionalmente se espera de ellas porque el mecanismo básico de decisión, la votación libre, no se realiza racionalmente, según el convencimiento de que un programa político u otro es el más adecuado para todos o para uno mismo, sino por identificación con los candidatos de cada opción. Y esta identificación se realiza según la percepción en la coincidencia en valores y estereotipos culturales: por decirlo de una manera simple, "si el candidato es uno de los míos".

Lakoff habla de dos planos en los que funciona esta identificación:

  • Los marcos de referencia (frames): estructuras mentales que conforman nuestro modo de ver el mundo. Estos marcos no sólo informan nuestras acciones, también nuestro lenguaje, en su uso y en su entendimiento: una misma palabra puede tener distintos significados según el marco que tengamos en la cabeza. Si una opción política es capaz de fijar el marco con el que comprendemos cualquier circunstancia, podrá prácticamente hacer cualquier cosa, incluso aquéllas a las que nos habríamos negado tajantemente antes de ser "enmarcados". Lakoff emplea varios ejemplos muy interesantes de cómo los conservadores han venido enmarcando el discurso político durante las últimas décadas en EEUU con notable éxito. Podemos seleccionar dos  auténticamente flagrantes: la denominación de la Ley de Cielos Limpios (una legislación que, ajustándonos a su contenido, permite en realidad aumentar el nivel de contaminación en la atmósfera), y el modo en que la administración Bush hijo consiguió que, para la mayoría de los estadounidenses, Sadam Hussein y Al Qaeda fueran lo mismo, el mismo objetivo contra el que luchar, cuando no existe la más mínima conexión entre ellos.
  • Los dos diferentes modelos de familia que sirven de marco de referencia para la relación con la autoridad y las instituciones de los ciudadanos: el modelo del padre estricto (el mundo es un sitio peligroso, hay que proteger a la familia, hay que educar a los niños en diferenciar entre bien y mal), y el modelo de la familia protectora (el mundo puede ser un lugar mejor, los niños nacen buenos y hay que lograr que sean felices gracias a la empatía y la responsabilidad en su crianza).
Por supuesto, esto es un resumen demasiado simple de las explicaciones de la obra. Pero es increíble cómo, con un planteamiento así de sencillo, uno es capaz de entender la política en EEUU, y particularmente su comunicación, de una manera mucho más fácil.


Algunas reflexiones después de su lectura:

  • Aceptando el uso maquiavélico que hacen los conservadores de los marcos de referencia y el lenguaje en el que tienen lugar, ¿el uso igualmente manipulador de los marcos por parte de los progresistas para lograr estar en un plano de igualdad no traiciona sus propios valores? En el extremo, ¿los fines pueden justificar tales medios?
  • Aunque es cierto que Lakoff tampoco dice que su estudio tenga una aplicabilidad universal, sí que es cierto que los modelos de familia que describe buscan proporcionar una explicación completa de los marcos existentes en el terreno político de EEUU, y no deja lugar a modelos alternativos. Tal y como se desarrolla el ensayo sobre estos dos modelos, no parece haber otras opciones para las democracias occidentales. ¿Realmente sólo hay dos modos, dos marcos de referencia sobre cómo debe llevarse a cabo la crianza en la familia? ¿Y estos dos modos giran completamente acerca del rol que juega el padre, la figura masculina? En este sentido, creo que la reflexión de Lakoff queda "enmarcada" en un frame superior, el de la cultura estadounidense, que hace local y restringido su análisis. 
  • Está claro que el partido político "de moda" en España, Podemos, sabe muy bien cuáles son los resortes de la comunicación política, buscando y sabiendo pelear con los partidos mayoritarios, especialmente el PP, en nuevos territorios. Su líder, Pablo Iglesias, ha desdeñado los mítines políticos como espacios para transmitir sus ideas: son los debates televisivos y las redes sociales la nueva arena en la que se lleva a cabo la esgrima entre opciones políticas. Y los líderes de Podemos han sabido manejar los marcos y su aparato lingüístico para llegar a ser una alternativa viable a PP y a PSOE, incluso a IU, a pesar de su corta vida.
Para finalizar, he de reconocer que la lectura de este libro, con todo lo iluminadora que haya podido ser, me deja un regusto amargo en la boca: la asunción de sus tesis es confirmar y aceptar la renuncia a una auténtica democracia, basada en el contraste libre y abierto de opciones ideológicas. Parece claro que el juego, sencillamente, no es ése.