domingo, 12 de noviembre de 2017

A Sangre y Fuego y Los Secretos de la defensa de Madrid, de Manuel Chaves Nogales


Había evitado deliberadamente cualquier pieza de literatura sobre la Guerra Civil. Creo que fue Borges quien dijo que toda literatura es ficción, y yo así lo creo. Ni siquiera nuestra más íntima memoria es fiel a los hechos: cómo lo podría ser una obra que salga de nuestro hálito creador. Sería como pedir al escultor que dejara virgen la piedra para evitar intervenir sobre la realidad.


Pero estoy divagando. Por diversos motivos, llegué de manera casual a Chaves Nogales, y su figura provocó mi curiosidad por puro desconocimiento. Así que me animé con las dos obras que me parecieron  más representativas: "A Sangre y Fuego" y "La Defensa de Madrid".


No voy a hacer aquí un repaso de quién fue Chaves Nogales, ni una reseña detallada de sus cuentos o un comentario de su obra. Para mi propio recuerdo, destacaría:
  • Me quedé con la sensación de que cada uno de los cuentos de "A Sangre y Fuego" fue creado  a partir de un hecho real que llegó a oídos de Chaves. Sobre ese trozo de realidad, el escritor novela una historia completa, con las características típicas del cuento. Se nota al final, de manera más o menos explícita, cierta intención de moraleja, que desliza la pieza hacia una función utilitaria que a veces desluce la obra. ¿Le arrastraría su oficio de periodista?
  • En "La Defensa de Madrid" la historia es trepidante, el lenguaje vivo e intenso. Es casi imposible separar la vista del libro hasta llegar al final: hay que devorarlo. Si he de hacer algún reproche, quizá el intento de destacar la increíble labor de Miaja ante una situación tan compleja, desesperada, acaba cayendo en algún momento en la hagiografía. Por ejemplo, no aparecen por ningún lado, que recuerde, los comisarios políticos soviéticos que rondaban en todo momento alrededor de los líderes de la resistencia madrileña, asesorando y, cómo no, influenciando en las decisiones.
  • En ambas obras la riqueza de lenguaje es destacable. Hacía mucho tiempo que no descubría tantas nuevas palabras de la lengua española sin que fuera por tecnicismos o elementos históricos. Chaves demuestra que su oficio es el de forjar historias con el lenguaje, y lo hace muy bien.


Sobre su pensamiento, rechazo alguna de sus aseveraciones acerca de que "lo malo" llegó de fuera, que España llegó al enfrentamiento contaminada por ideas ajenas a los españoles. Los terratenientes, los monárquicos y los militares descontentos eran propios; los jornaleros con hambre, las clases obreras industriales, y los intelectuales progresistas, tampoco eran importados. El fascismo, el comunismo, el anarquismo, todos los posibles "ismos" que jugaron un papel en la república y en la guerra, pudieron llegar de fuera pero, si arraigaron con fuerza en este país, es porque todas las condiciones se daban. Los españoles que las adoptaron no las consideraron tan ajenas a sus propios ideales y circunstancias.



Para finalizar: aunque he sido crítico con lo que he leído, he disfrutado de la lectura de Chaves Nogales. Me ha dado un componente de hechos vivos, vividos, que los ensayos y artículos no pueden dar. Por eso, me animaré a darle más oportunidades a la literatura sobre la Guerra Civil. Estoy pensando sobre todo en Aub, Sender, Barea. Ánimo. Hay más libros y montañas que días, ésa es la verdad.