sábado, 20 de abril de 2019

La caída de Madrid de Rafael Chirbes

Llegué a Chirbes a través de la serie de televisión Crematorio, no su libro. Por mis constantes lecturas sobre la Guerra Civil, siempre me ha interesado cómo se han prolongado en el tiempo los marcos que se crearon entonces, y "La caída de Madrid" parecía tratar justo sobre eso.

Porque "La caída" no habla de la entrada de las tropas franquistas en el Madrid de 1939 (Casado, Besteiro etcétera), sino de la caída del Madrid franquista justo la víspera de la muerte de Franco, el 19 de noviembre de 1975. Más bien, de la caída del régimen, de todo un aparato de instituciones, relaciones, valores, conflictos, de un modo de ser y vivir.


La novela se articula a través de los diálogos interiores de diversas personas que giran alrededor de la familia Ricart, acaudalados empresarios cuyo éxito se fraguó con el propio régimen que nació con la guerra ("No hay riqueza inocente", dijo una vez Chirbes en una entrevista). Tengo que reconocer que, al comenzar, me temí que el libro fuera una especie de ejercicio literario, buscando entretejer distintos recorridos vitales alrededor de algún evento fortuito, o por algún factor común más o menos rebuscado.

Pero la novela gana fuerza y carga de profundidad con cada nuevo diálogo interior, con las reflexiones de cada personaje, cada uno con su verdad, su perspectiva sobre todo. Al final, te das cuenta que comprenderías mejor las cosas si volvieras a leer el libro de nuevo después de saber lo que cada uno piensa y siente... pero eso sería como hacer trampa, la vida, la historia, no admite marcha atrás. Como dijo Kierkegaard, la vida se comprende hacia atrás, pero sólo se puede vivir hacia adelante. Y si los libros son suficientemente buenos, leer es también vivir, me gustaría añadir como coda.

(Nunca creí que llegaría a meter a Kierkegaard en esta humilde bitácora cultural. En fin, para todo hay una primera vez).

¿Es Chirbes nuestro Houellebecq patrio, con menos floritura, menos "charme", menos malditismo... más sobrio, más seco... más hispánico? Creo que Chirbes igualmente nos radiografía con todos los tumores que nos comen por dentro, pero es más honesto, no necesita forzar las historias, sus personajes son más abiertos, indefinidos, reales, su prosa no necesita afirmaciones como versículos, aunque no falten los trallazos de lucidez. A Chirbes no le darán una Legión de Honor, porque aquí despreciamos a los que nos dicen cómo somos en realidad. Si apenas nos soportamos a nosotros mismos, como para que venga alguien y, encima, nos los diga a la cara.

Habrá que seguir navegando buscando otras geografías... pero estoy seguro de que, en el futuro, regresaré a Chirbes.