miércoles, 20 de febrero de 2008

Terminé Animal Farm

Bueno, tras un mesecito de lecturas cortas e interrumpidas en la habitación del hotel de La Coruña, hoy en el viaje de vuelta en el avión le he dedicado los 50 minutos al libro, y ya ha caído. Qué grande, Orwell, qué grande, qué lucidez para contar las cosas, y qué habilidad para contarlas de manera sencilla. ¿Por qué "Rebelión en la Granja" no es lectura obligada en todos los centros de enseñanza media de este país? ¿Es mucho más pedagógico "Misericordia", o "Fuenteovejuna"? ¿No es posible educar a la vez que se imparte literatura? ¿Qué ha quedado en mí, en mi conciencia, en mi percepción de las personas y de las cosas, de las lecturas impuestas de Galdós, por ejemplo?

Siguiendo con el libro, "Animal Farm" se lee muy fácil en inglés, salvando el campo semántico de la agricultura: aunque utiliza palabras que serían difíciles de reconocer incluso para cualquier royal english speaker from London, tampoco entorpecen la lectura, y se puede suponer su significado gracias al contexto en la mayoría de los casos; además, como he empleado la edición Penguin Student Edition, unabridged, tenía siempre a mano el vocabulario que hay al final del libro (trampa, trampa... pero pienso repetir con este tipo de ediciones, la experiencia ha sido muy buena).

Ha sido un contraste muy curioso compaginar la lectura de "Animal Farm" con "Vida y Destino" de Grossman, como si ambos libros se alimentaran mutuamente con nuevos significados que no habrían aparecido con su lectura por separado. Pero "Vida y..." me tiene que deparar todavía muy buenos ratos de buena literatura: quedan aun muchas páginas que caminar, por fortuna.

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