martes, 12 de octubre de 2010

Un clásico, un modo de ver la vida (y la política)


Empezamos con los deberes atrasados con Homage to Catalonia, de George Orwell. Hace mucho tiempo que quería leer este libro, y tenía ganas de intentarlo en inglés (así lo hice con 1984 y Rebelión en la granja). Ha sido una lectura deliciosa: Orwell consigue transmitirnos toda la inmensa alegría de participar en el proceso de crear un mundo nuevo junto con la profunda decepción de ver cómo una vez más el intento se queda en un bonito amago, absorbido y cancelado por otras fuerzas humanas más descreídas, mezquinas y por qué no decirlo, pragmáticas. No sé si el título debiera haber sido éste: en el fondo, creo que Orwell quería homenajear ese estado de conciencia y de cosas que flotaba en el bando republicano aragonés y catalán en los comienzos de la Guerra Civil (de hecho gran parte de la historia no transcurre en Cataluña, sino en el frente de Aragón). Y siempre intentando tener una mirada limpia sobre las personas y sucesos, sin borrones ni distorsiones ideológicas, aunque, y he aquí quizá la proeza, sin dejar de estar firme en sus propias convicciones. Me cuesta encontrar en otra figura de la literatura, la política, la academia, la misma mezcla pura, decantada de sesgos, carencias y creencias irracionales. Quizá nos toque volver a Diógenes y los cínicos, aunque los estoicos también podrían valer. En resumen: un MUST. De esos libros que cuando los ves en la estantería, te sientes feliz de haberlos leído.

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