lunes, 27 de septiembre de 2021

Editando genes: recorta, pega y colorea, de Lluís Montoliu

Se me hace difícil reseñar este libro. A pesar del enorme esfuerzo divulgador que contiene, sus más de cuatrocientas páginas albergan una riqueza de información abrumadora. Montoliu abre al profano un mundo emocionante de investigaciones científicas con un potencial brutal para la especie humana, y lo hace con un lenguaje accesible, explicando procesos y técnicas muy complejos, y mostrando una genuina emoción por todo ello.

El libro comienza por los primeros descubrimientos de los CRISPR en arqueas y bacterias, realizado principal, aunque no únicamente, por un científico español, el doctor Francis Mojica, de la Universidad de Alicante. Es cierto que Mojica fue el único que hizo la apuesta investigadora y vital de continuar su estudio a largo plazo.

Francis Mojica

Luego la obra continua con los descubrimientos de Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna para el uso de CRISPR en la edición genética, por los que recibieron el Premio Nobel de Química en 2020. Y a partir de ahí, se emprende un viaje emocionante por todos los avances, decepciones, potencialidades, riesgos, líneas abiertas de investigación y callejones sin salida que se han abierto gracias al tesón que mostró Francis Mojica hace ya unos años; imposible resumirlos en unos párrafos.




Creo que Lluís Montoliu aprovecha además para hacer un homenaje a Mojica y para contar, como andando descalzo por brasas ardiendo, pero con toda la intención, la sombras que a veces tiñen la investigación en forma de intereses políticos y económicos. Al leer sus palabras, creí ver destilado un sentimiento gremial de vergüenza por la exclusión -sí, exclusión- de Francis Mojica del premio Nobel de Charpentier y Doudna. No recuerdo que Montoliu usara palabras tan fuertes, pero creo haber captado el espíritu de lo que se contaba.



Recomendaría, sin dudarlo, este libro a cualquier que pudiera sentirse interesado en la genética, y sobre todo a aquella persona que quisiera ponerse al día más allá de los artículos sensacionalistas que suelen aparecer en la prensa sobre estos temas. Sin duda, regresaré a este libro para mantenerme informado en el futuro.

Finalmente, por ponerle algún punto de mejora, me hubiera gustado contar con capítulo introductorio a la arquitectura informacional genética, si puedo decirlo así. También un glosario de términos hubiera ayudado a no tener que interrumpir la lectura para recurrir a Internet. Los gráficos, creados artesanalmente por el propio Montoliu, no ayudan precisamente a la comprensión de los conceptos que se describen en el texto aunque, una vez entendidos, poseen sentido... y hay que alabar el esfuerzo puesto en ellos.

En este punto, no sabría en qué dirección continuar mi viaje de conocimiento sobre genética: ¿conocer más la bioquímica subyacente? ¿profundizar sobre las leyes de la herencia genética? ¿continuar leyendo sobre la evolución de la vida y las especies? Quizá me anime a pedirle consejo directamente a Montoliu...

lunes, 13 de septiembre de 2021

La forja de un rebelde: (II) La Ruta, de Arturo Barea


No me pude contener, y seguí con la lectura de "La Forja de un Rebelde", continuando con el segundo libro, "La Ruta". En este caso, Barea narra su participación en la guerra de Marruecos a principios del siglo XX, en diversos puestos militares y diferentes lugares. Por supuesto, no se limita a hacer una crónica bélica, si no que, entremezclado con sus experiencias personales, nos cuenta las luces (¿alguna?) y sombras (muchas) de la presencia española en el norte de África.


Incluso introduce algunas anécdotas sobre personajes que después serán claves en la historia de España, como Millán Astray o el propio Francisco Franco. Clasismo, corrupción, analfabetismo, violencia, enfermedad, alcoholismo... se muestran sin ambages para intentar dar una imagen fiel de cómo era la España de las primeras décadas del siglo XX.

Si ya sospechaba en el libro anterior que la narración no es necesariamente una autobiografía al cien por cien, con éste la sospecha queda confirmada. Hay personajes que aparecen en el trascurso de la historia que, con sus breves parlamentos, hacen diagnóstico y predicción de diversos males de España; estos personajes me parecen vehículos tanto de la propia visión y opinión de Barea como del sentir popular que pudo haber esos años. Incluso los utiliza para cierta descarga de culpas, como cuando el señor Latre explica el fracaso de todos los matrimonios españoles debido a la división total entre hombres y mujeres en la sociedad. Es inevitable pensar que Barea, que se había casado por pura cabezonería y orgullo, frustrado por su matrimonio, hacer descansar su propio fracaso en factores externos a él mismo.

En todo caso, sigue siendo un relato vivo, dinámico, que atrae al lector, y que transmite de una manera limpia y veraz cómo fueron las cosas en este país en aquella época. Una tensión que subyace en todo el relato, que hace esperar al lector que todo va a ir a peor, ya anticipa el drama brutal que sufriríamos en este país, años más tarde, con la Guerra Civil.