En "El gran experimento", Mounk reconoce de mano que gran parte de las dificultades que están sufriendo las democracias en el mundo, especialmente las occidentales, provienen de que estamos enfrentando un desafío único en la historia: mantener una democracia liberal incluyendo todos los colectivos minoritarios que conforman una sociedad. Hasta el momento, las democracias que han surgido en la historia, y que podamos considerar exitosas, lo han logrado limitando el acceso a sus derechos a una mayoría homogénea que detentaba el poder político: dos ejemplos claros son la democracia ateniense y la norteamericana, especialmente antes de la abolición del esclavismo.
El autor estructura su obra en tres secciones definidas: primero, intenta explicar el por qué de esta situación; segundo, describe el problema, el desafío, dando cuenta de diversas corrientes de pensamiento al respecto; y tercero, esboza, que no concreta, algunas posibles soluciones.
Podemos resumir la primera sección de manera muy sintética: debemos aceptar la realidad del ser humano en la que defendemos y queremos a los de nuestro grupo, mientras atacamos y despreciamos a los grupos que no son el nuestro, no importa en qué consista el criterio que separa a unos de otros. Mounk pone como ejemplo algunos experimentos en los que surgían estos sentimientos con el endogrupo y con los exogrupos sin importar lo arbitraria que fuera la separación.
Al final de su último capítulo Mounk da algunas recomendaciones sobre cómo actuar a nivel individual en nuestro día a día:
- Tengamos nuestros principios propio y ciñámonos a ellos: evitemos la polarización, y no caigamos en el principio de que "el enemigo de mis enemigos es mi amigo".
- Estemos dispuestos a criticar a los nuestros: acusar de equidistantes a aquéllos que hacen crítica interna en nuestro grupo da paso a los miembros más cínicos de cada coalición.
- No ridiculicemos ni vilipendiemos; dialoguemos y convenzamos: no se trata de ganar puntos de victoria en una pelea retórica, ni en ganas las elecciones a toda costa, sino en reclutar racionalmente.
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