jueves, 30 de diciembre de 2010

Ascensión al Curavacas por el Callejo Grande


Ayer hicimos incursión relámpago desde Valladolid para subir al Curavacas César, Carlos, mi hermano Gonzalo y yo, con madrugón incluido (04:00 AM). Conseguimos estar en Vidrieros a las 07:40, entre recogidas y carreteras nocturnas. Hemos de reconocer que mi hermano y yo nos quedamos a 100m de altura del collado que da paso a la travesía de la cara norte, y César y Carlos llegaron al collado pero no lo superaron: la culpa de todo, la nieve, que había en abundancia como para tener una jornada disfrutona, pero que no estaba adecuadamente transformada. Había zonas de enterrarse hasta la rabadilla, otras con capas internas traicioneras de nieve sin soporte y costra helada, hubo pequeñas avalanchas causadas por el avance del día sobre las canales que dan al Callejo... en fin, ambiente alpino como siempre lo hay en el Curavacas y, por qué no decirlo, en el Espigüete, pero que nos impidió coronar como dios manda. Eso sí, la actividad en inmejorable compañía hizo que el día fuera inolvidable... y que las ganas de volver a intentarlo crecieran a cada paso mientras bajábamos al pueblo. ¡Hasta el próximo intento!

Os dejo el enlace del álbum de fotos: http://picasaweb.google.com/Swarrius/CuravacasConAmigos

Viejas historias de Castilla la Vieja, de Miguel Delibes



Efectivamente, yo también he caído en la corriente de leer y releer a un autor que ha fallecido recientemente, pero a mí me ha pasado con Delibes, un escritor al que tengo un cariño especial desde que leí "Diario de un Cazador" cuando apenas era un chaval. Y, efectivamente, he releído (otra vez) "Las Ratas", y he vuelto a envidiar la sabiduría del Nini, pero he aborrecido y he odiado su condición pobre y vulnerable. Pero además, en la última visita a la FNAC, me he dejado seducir por un viejo libro hecho nuevo por la editorial La Fábrica, "Viejas historias de Castilla la Vieja", un relato pequeño y sencillo, pero reconcentrado que diríamos en la vieja Castilla. La narración fluye cómoda pero calando hondo, transladándonos visual y sentimentalmente a la vida de un pequeño pueblo de ¿Tierra de Campos? a principios del siglo XX. No creo que a Delibes le costara mucho escribir esta novelita, porque lo escrito lo ha tenido siempre dentro el maestro, a mi parecer. La edición es de una gran calidad (de esos libros que no puede tener uno en formato electrónico, que no es lo mismo), y las fotos de Masats son respetuosas y clarificadoras, se integran bien con el texto (aunque prefiero la de Cristina García Rodero para este palo). Leerlo ha sido una delicia y, como siempre con Delibes, he aprendido nuevas palabras que escucho a veces en el habla de mi gente, hoy en día, pero cuyo significado concreto nunca había conocido.

(Ahora me diréis que cómo puedo tachar de localista a Mrozek, y emocionarme así con Delibes... reconozco una profunda contradicción en ello, de esas que lo definen a uno más que sus certezas. En fin.).

La vida difícil, de Slawomir Mrozek



Pues una pequeña decepción, la verdad. Me apunté este libro en las notas del móvil para comprarlo en cuanto me pasara por una librería, después de leer un artículo en El País sobre este autor y su obra. Y luego me dejé engañar por el discurso de contraportada. Si es que no aprendo, y eso que a estas alturas ya conozco cómo funcionan las cosas en el mundillo editorial. El librito contiene una serie de pequeños cuentos que intentan mostrar lo absurdo del mundo en el que vivimos mediante pequeños giros en la trama y un uso ácido del lenguaje. La fórmula podría sonar a una especie de mezcla entre el soldado Svejk y algunos cuentos menores de Kafa. Hay que reconocer que dentro de una dictudura comunista como la de Polonia en la época en la Mrozek escribió estos relatos debía ser fácil encontrar esquinas absurdas a la realidad: la mayor parte de los cuentos pecan de minimalismo, son "ejercicios de microscopio". Sólo alcanzan cierta altura algunos relatos donde se exponen aspectos menos localistas de nuestro modo de vivir absurdo: "Caperucita", por ejempo, o "La Venganza".

Daré en el futuro otra oportunidad a Mrozek con sus obras de teatro, tan avaladas como sus relatos, me temo, así que será otro riesgo a asumir. Pero en el caso de este librito, y con la lista de obras que tengo a la cola, me siento decepcionado. Qué se le va a hacer.