viernes, 28 de agosto de 2009

La escultura de sí, de Michel Onfray

Buscar, imdagar, sobre la frontera (¿o unión?) entre ética y estética es ponerse en el borde del precipicio, apurar los límites, entrar en terreno pantanoso, en un territorio del que no se sabe si se saldrá con éxito, aunque en todo caso se saldrá diferente.
Reconozco no estar capacitado para hacer una crítica, siquiera una reseña, de un libro así, sumando además que su lectura coincidió con un periodo laboralmente complicado (a lo sumo sacaba 30 minutos seguidos de sesión).
Al menos puedo darme por satisfecho al detectar, en los pasajes que me eran más accesibles, aspectos con los que disentía o que no me satisfacían por simplistas, dándome cuenta de que, a pesar de las dificultades, estaba pudiendo hacer una auténtica lectura crítica de Onfray.
Sé que esta entrada no da demasiada chicha, pero en todo caso debo decir que disfruté con su lectura, y que lo recomendaría a cualquiera que se sintiera seducido por él.

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