Pequeño e incompleto cuaderno de bitácora de mis navegaciones por el mar interior, según sus estímulos y fenómenos relevantes externos.
sábado, 29 de agosto de 2009
Viaje a África, "Río Perdido"
Sólo adjuntar el enlace al resumen de fotos que he subido a Picasa:
África 2009 - Río Perdido: Resumen
Nota final: Bien (justo al terminar fue un Aprobado; dentro de 6 meses será un Notable. Qué gran mecanismo el de la memoria humana).
Seguimos con los clásicos
Libros de referencia para el viaje a África
He de decir que estoy contento con lo que encontré, aunque no fue fácil: no hay demasiado escrito en español sobre nuestro continente vecino. He aquí el material:
viernes, 28 de agosto de 2009
The case for greatness, de Robert Faulkner
Reality Check, de Guy Kawasaky
La escultura de sí, de Michel Onfray
Reconozco no estar capacitado para hacer una crítica, siquiera una reseña, de un libro así, sumando además que su lectura coincidió con un periodo laboralmente complicado (a lo sumo sacaba 30 minutos seguidos de sesión).
Al menos puedo darme por satisfecho al detectar, en los pasajes que me eran más accesibles, aspectos con los que disentía o que no me satisfacían por simplistas, dándome cuenta de que, a pesar de las dificultades, estaba pudiendo hacer una auténtica lectura crítica de Onfray.
Sé que esta entrada no da demasiada chicha, pero en todo caso debo decir que disfruté con su lectura, y que lo recomendaría a cualquiera que se sintiera seducido por él.
City, de Alessandro Baricco
Cada historia que compone el libro, engarzadas todas en un hilo común principal, tienen la tensión y la concisión de un buen cuento; sin embargo, el engarce resulta demasiado artificial, y la narración principal también resulta un tanto forzada en contenido.
Hubiera preferido que el libro fuera una sucesión de cuentos independientes, aunque no tuvieran un enlace entre ellos, ni en fondo ni en forma, porque alguno de ellos me gustaron bastante (especialmente el del boxeador).
sábado, 2 de mayo de 2009
El pequeño poder... qué buena definición
Mientras lo leía, aún consciente de que mi entorno es fundamentalmente sano psico-sociológicamente, he encontrado patrones de manipulación por todas partes en la realidad que me rodea, especialmente en el trabajo. Lo cierto es que he adquirido la sensación de que en una escala ejecutiva, donde tiene tanta o más importancia la comunicación y la capacidad de influencia (atentos aquí a un posible eufemismo) como los conocimientos técnicos y operativos, los juegos de poder, la comunicación incompleta y sesgada, son una -terrible, triste- herramienta más de trabajo.
Si esto es así, ¿cómo puedo defenderme de la manipulación, de los juegos de poder de los otros? Pero, si forma parte de mi entorno de trabajo, ¿no jugaré yo también a veces el papel de manipulador? ¿Puedo realmente llevar a cabo mi trabajo como ejecutivo sin entrar en el mismo juego perverso?
Algunas pistas que he obtenido de la lectura de este libro:
- Todos jugamos a veces el rol de manipulador y el de manipulado, lo cual, aunque podemos considerarlo universalmente cierto, no tiene por qué ser bueno.
- Siguiendo con lo anterior, lo realmente peligroso es cuando la comunicación no se puede dar sin ser manipuladora, o si en realidad estamos tratando con una personalidad manipuladora/manipulable. Ahí es cuando tiene que saltar la alarma.
- La manipulación consume una gran cantidad de energía, física, mental, emotiva, que se podría emplear en crecer como personas, como profesionales, nosotros y los que nos rodean.
- No siempre es posible to fight back, contraatacar a un manipulador, si existe un diferencial importante en la posición de poder (un gerente y un becario, por ejemplo). En este caso, deben emplearse maniobras de evitación.
- No dejarse manipular Y NO MANIPULAR, necesita dosis de valentía, de autoafirmación, de asertividad, para los cuales no todos venimos preparados con herramientas racionales, emotivas, dentro de nuestra personalidad -> todo depende de cómo se formó nuestro modo de ser a lo largo de la infancia y adolescencia. Detectar que algo va mal es quizá lo más difícil, pero es el primer paso; en el camino de la liberación, quizá el siguiente paso más complicado sea buscar ayuda profesional, porque no siempre aceptamos que alguien más, preparado profesionalmente para ello, nos puede guiar en esa senda.
Tras este interesante paréntesis, seguiremos con Onfray, principalmente. Ya os contaremos.
domingo, 12 de abril de 2009
Es lo bueno de unas mini-vacaciones sin planes...
Tras la finalización del libro de la Transición, he finalizado un breve ensayo, apenas una introducción larga, un trabajo de curso: "Postmodernidad", de David Lyon.
Como suelo hacer en este blog, registraré mis sensaciones tras la lectura, sin querer hacer ni resumen ni crítica.
¿Es un rescoldo de esperanza infantil lo que permanece de fondo en mi carácter, siempre pensando que vamos hacia un mundo mejor, de un modo u otro? ¿En realidad mi "yo postmoderno" no soy en realidad "Yo", sino un ethos particular causado por mi vida en el mundo actual?
De todos modos, debo agradecer a este opúsculo el haberme aclarado las ideas sobre lo que es postmodernismo -y postmodernidad. Creo que hasta ahora estaba usando estos conceptos sólo de manera tangencialmente correcta.
Y también debo agradecerle que, como los buenos libros, haya servido de incitación para seguir leyendo otros: ya he comprando el primer tomo de la trilogía de Manuel Castells sobre la era de la información. Parece bastante académico, extenso y de lectura densa, aunque estoy bastante ilusionado. De todos modos, ya estoy con Onfray y Apolonio... pero eso es otra historia que ya os iré contando...
viernes, 10 de abril de 2009
Ascensión a La Mira por Los Galayos
- 07:50 Salida con el coche de casa (y eso que puse el despertador a las 06:30).
- 09:50 Llegada al Nogal del Barranco, tras chuparme una A-5 repleta de coches en operación salida de la Semana Santa.
- 10:02 Comienzo de la caminata.
- 13:00 Llegada a La Mira, con dos breves paradas para beber y comer algo (una de ellas en el Victory, a las 12:00 clavadas).
- 13:20 Salida de la Mira, tras comer algo más (o sea, dos barritas energéticas más y lo que me quedaba del plátano).
- 14:00 Paradinha en Victory, para ver a la única cordada que se había aventurado a echarle un pegue, por una de las vías del Torreón, no he sido capaz de identificar cuál. El viento arreciaba frío y el sol alternaba con las nubes, empeorando poco a poco el día.
- 14:10 Seguimos en marcha.
- 15:41 Llegada al coche: estiramientos, cambio de ropa, algo de comer de más enjundia en el kiosko que hay en el Nogal, una pequeña siesta al rumor del río, y vuelta a casa.
El regreso no fue más de 1h30', haciendo que merezca la pena una salida de un sólo día desde Alcorcón, que es donde vivo.
Subo un par de fotos de las vistas a O y a E desde La Mira, hechas con el móvil: tengo la cámara digital al borde del reciclado, voy a tener que abrir una nueva hucha para ir juntando cuartos para una nueva.
No era para tanto...
- Un sabor agridulce por el "conductismo", podríamos decir casi "despotismo ilustrado" con el que las clases dirigentes, incluyendo en este orden a todas las fuerzas políticas independientemente de su ideología, respaldo popular o peso político en el proceso, dirigieron los pasos de la Transición. Sólo en los disturbios de los primeros años se vio a un pueblo protagonista de su propio destino, cayendo luego en años de desencanto, hasta el "golpe" de las elecciones del 82, donde volvió a coger las riendas dando un timonazo a la dirección política del país.
- La gran aventura que fue, con final feliz, si podemos decirlo así, no sé hasta que punto gracias a lo anterior. Ha habido momentos durante la lectura del libro en los que devoraba los párrafos de pura excitación, como cuando de niño leía novelas de Salgari o cuentos de Poe.
De todos modos, me gustaría pensar que Doval ha intentado ser ecuánime en la descripción de los hechos (y en las inevitables valoraciones): éste es un tema tan dado a los sesgos, voluntarios o intencionados, como lo es la Guerra Civil.
Otra sensación curiosa ha sido la de "memoria dormida". Cuando leo libros sobre la Guerra Civil, lo hago pensando en una "memoria robada", borrada de libros de historia y de clases elípticas y cobardes en el colegio; sin embargo, los hechos de la Transición sucedieron estando mis padres vivitos y coleando (otra cosa es que fueran sujetos agentes), y yo mismo, que nací en el 75, también estaba allí, no sé si presenciándolo o concentrándome tranquilamente en mis necesidades más básicas, como todo niño de corta edad. Por eso es "memoria dormida", no hurtada, ni traicionada.
Como con la Guerra Civil, sé que volveré a este tema recurrentemente, de tanto en cuando, buscando más información, quierendo sacar mis propias claves. Cada vez que lo he hecho, me he dado cuenta hasta qué punto estos periodos históricos configuran mi circunstancia actual -y futura-, y por tanto, a mí mismo.
viernes, 13 de febrero de 2009
Ahora sí
959 páginas.
Casi ná.
Habrá que llevar la contraria a Calímaco, aunque últimamente me da por pensar mucho en él: "mega biblión, mega kakón" -> gran libro, gran problema.
Si es que me meto en unos líos...
Literariamente, el libro está bien escrito, es ameno, y consigue, a mi entender, mantenerse con dignidad en esa borrosa y difícil frontera entre el academicismo, la crónica periodística y el popular subgénero de "novela histórica" (gran generador de best-sellers de metro).
Espero poder postear los datos económicos de aquella época comparándolos con la actual, para que podáis ver la diferencia.