domingo, 25 de noviembre de 2012

¡Curso superado! Análisis de Redes Sociales (SNA) en Coursera

Va a parecer que me estoy tirado el pisto, pero los números son como para reflexionar un rato: la pasada semana finalicé el curso de Análisis de Redes Sociales en Coursera, consiguiendo el certificado de superación del curso (hacía falta obtener una puntuación superior a un 80 sobre 100). La profesora, , nos envió un correo a todos con estadísticas sobre el curso, y éstas son:
  • 61.285 estudiantes registrados.
  • 25.151 vieron al menos un vídeo (equivale aproximadamente a una lección): 41%.
  • 15.391 intentaron, al menos, uno de los ejercicios incluidos en las lecciones: 25%.
  • 6.919 realizaron, al menos, una de las pruebas semanales (hubo 7): 11%.
  • 2.417 intentaron el examen final: 4%.
  • 1.303 superaron el umbral necesario de puntuación para obtener el certificado de superación.... ¡un 2%!
Es curioso, porque trasegando en los foros de discusión del curso, tuve la sensación de no estar al nivel medio de los estudiantes: todos parecían tener o más capacidades matemáticas, o más tiempo para currarse los ejercicios, o mejores competencias en programación para hacer las prácticas... aunque también estaban los que empleaban el foro para expresar su frustración sobre un deadline incumplido, o un ejercicio especialmente difícil. 


Curiosamente, hace poco estuve escuchando un podcast de Peter Day en la BBC, Peter Day's World of Business, en el que entrevistaba a Clayton Christensen, profesor de la Harvard Business School, uno de los principales gurús de la innovación. Durante la entrevista surgió el tema de los MOOC (Massive Open Online Course), de los cuales Coursera es uno de los más importantes, con un largo recorrido y un elevado número de cursos impartidos por profesores destacados de universidades de todo el mundo. Clayton comentaba que la media de edad de los estudiantes de estos cursos es de 36 años, siendo el perfil más frecuente el de un hombre casado con hijos, desarrollando su carrera profesional ajena al mundo académico.

Vamos, que casi lo clavan.

Estaría fenomenal disponer de más factores para analizar con precisión las estadísticas que os contaba más arriba: edad, dedicación profesonal, nivel de estudios, etcétera. Sin tener esta información a mano, voy a aventurarme a dar dos motivos por los que sólo un 2% de los apuntados al curso han conseguido el certificado:
  • El nivel de matemáticas necesario para seguir el curso. Aunque en los requisitos para registrarse se dice que basta con un nivel de bachillerato, deberían decir que se debe tener un nivel de bachillerato fresco-fresco. Además, para aquellos sin formación universitaria, o con carreras orientadas "a letras", como decimos en España, manejar notación algebraica, por sencillas que sean las expresiones, supone un hándicap a superar para mantener el ritmo del curso.
  • El nivel de dedicación necesario. Incluso con los requisitos bien cubiertos, las 7-8 horas que recomiendan dedicar semanalmente al curso son una estimación bastante realista, lo que supone que hay que dedicar prácticamente un día laboral entero a la semana para mantener el ritmo. Lo cierto es que yo no he podido alcanzar esa dedicación en la mayor parte del curso y, ¿adivináis cuándo podía ponerme con ello? ¡Por las noches, efectivamente! Así que en realidad tampoco puedes dedicar al curso tus horas más productivas del día, precisamente. Al final, como cualquier "actividad extraescolar" que puedas realizar como adulto, todo funciona robando tiempo al sueño y  a la familia... y si no quieres que pase lo segundo, hay que estar preparado a dormir poco, especialmente cuando te pones a hacer alguna de las pruebas semanales, o estás preparando al ataque al examen final.
Dicho lo cual, y aún así... ¡esto de Coursera es adicitivo! ¿Nunca has tenido curiosidad por cualquier tema, y te pones a leer libros y libros sabiendo que el conocimiento adquirido va a durar poco más tiempo que el dedicado a su lectura? Creo que la experiencia de los MOOC es el punto intermedio idóneo entre una inquieta curiosidad intelectual, que busca ser satisfecha con lecturas e investigaciones por internet, y estar matriculado en una asignatura universitaria que uno debe estudiar para poder superar una serie de pruebas.

Ahora toca descansar un poco... pero ya le tengo echado el ojo a un curso sobre Macroeconomía que tiene una pinta bárbara. Además siento que necesito mejores conocimientos económicos para entender la situación en la que estamos y, sobre todo, analizar críticamente lo que unos y otros nos dicen sobre lo que debe hacerse, y lo que no.

¡Nos vemos en el siguiente curso!

miércoles, 31 de octubre de 2012

El fuego secreto de los filósofos, de Patrick Harpur

Hay veces que es forzoso reconocerlo: este libro me ha superado. Sus idas y venidas a lo largo de la historia de la cultura occidental, sus sesudas (y bien procesadas) referencias bibliográficas, las aportaciones sobre culturas "primitivas", etc, etc, pueden dejar sin aliento al más culto de los doctores, al cultureta más pagado de sí mismo.

Y sin embargo, creo que he captado adecuadamente tanto la tesis de Harpur como su argumentación, porque su estilo no es pesado ni academicista: podría haber llenado hasta la mitad todas las páginas del libro con notas al pie repletas de "Íbid.", "Op. cit.", y barroquismos por el estilo, pero se ciñe con elegancia a su propio género: el del ensayo.

Reconociendo que voy a pecar de simplista, y que me arriesgo a cometer errores conceptuales de bulto, enumeraré las ideas que parecen haberme quedado después de haber finalizado el libro hace varias semanas:

  • El mundo de la imaginación es mucho mayor que el de la literalidad, dado que lo contiene, y además lo excede con una mayor riqueza de significados y significantes.
  • ¡Ojo! Aclarando el enunciado anterior: lo contrario a la imaginación no es la realidad, sino la literalidad. Nada es más real que la imaginación: vivimos en ella, nos alimentamos de ella... y la alimentamos. Somos imaginación. La literalidad mata a la imaginación, la seca de vivencias, de colores, de sentido.
  • El elemento principal de la imaginación es el mito. Y esto es de mi cosecha, no del libro: desde hace tiempo considero el mito (no la mitología) como el arte mayor del que todos se derivan: la metáfora, el símbolo, el juego bidireccional entre significado y significante. Y aquí podríamos derivar la discusión a múltiples frentes: por ejemplo, si tales figuras, y el papel primordial que veo en ellas, existen en un arte como la música, o qué sentido tiene en la pintura abstracta la metáfora o el símbolo... o la falta de él -si es que falta.
  • El momento histórico donde la cultura occidental busca matar a la imaginación es la Ilustración y su adoración a la razón (otro mito). Por fortuna, el Romanticismo escapa de estas desérticas estancias, y devuelve la imaginación al poder.
  • Harpur habla de daimones como las manifestaciones, las intromisiones del mundo de la imaginación en nuestra "realidad", ahíta de literalidad.
Ahora bien, Harpur cae en sus propias redes, a sabiendas, porque sabe que nadie puede escapar a la imaginación, al mito: en el fondo, el libro es una especie de "mitología de la imaginación".

Y, por otro lado, hincando testuz, reconozco que la disquisición sobre el triángulo Espíritu-Alma-Cuerpo hubiera requerido mi intelecto a toda máquina y circunstancias más tranquilas para poder ser asumido en su justa medida. Quizá merezca una revisita dentro de un tiempo.

Finalmente, Harpur, cayendo en su propia mitología, adolece de las mismas faltas que él saca a la luz sobre científicos y filósofos "literalistas": se ciega con sus mitos. La literalidad, con todos sus yermos principios, nos ha permitir avanzar en campos como la medicina que han hecho al vida más llevadera (y más larga, y más plena) a los hombres. Harpur lo sabe, e intenta un requiebro sobre la mayor salud "natural" que tenían generaciones anteriores, pero resulta torpón y poco preciso; sólo con ver la esperanza de vida de antes y de ahora, podemos ver cómo la literalidad también ha dado sus frutos.

Último párrafo: volvería a leer este libro, y quizá lo haga alguna vez. Recomendaría sin dudar a cualquier amigo este libro, con la condición de que luego hablemos de él sin prisa delante de un café o un licorcito. Y además, me ha dado un buen número de libros interesantes que añadir a mi lista dorada: ya sólo por eso, ha merecido la pena.

domingo, 7 de octubre de 2012

Escalada clásica de primero, de Heidi Pesterfield

Me decidí a comprar este libro como preparación mental para nuestro intento al Naranjo de este año. Como lector compulsivo, sabía que tener en mis manos un libro de escalada iba a ayudarme a focalizarme al 100% en el tema. Y, en este sentido, Escalada clásica de primero cumplió con su objetivo. Todo el libro tiene el tono literario de una voz amiga dándote consejos sobre cómo aventurarte en vías sin equipar, y eso es muy positivo. Pero, por otro lado, creo que le faltan una serie de cosas necesarias para ser un "buen libro" sobre escalada; detallo sólo unos ejemplos:

  • Las ilustraciones, intentando ser divertidas, provocan a veces equívocos en su interpretación... y si de lo que estamos hablando es de nudos, mejor no andar con ambigüedades.
  • El capítulo sobre autorrescate podría haber sido una pequeña joya, si las explicaciones textuales y las ilustraciones fueran más fáciles de interpretar... por no hablar de que se repasan los nudos DESPUÉS de hablar de autorrescate.
  • No se describen en ningún momento técnicas de escalada artificial (aunque se hace referencia muchas veces a este tipo de escalada), cuando en vías desequipadas de aventura nunca es descartable tener que tirar de unos estribos, aunque sean de fortuna, para salir de cualquier "marrón".
Como comentario aparte, he de reconocer que prácticamente todas las técnicas de aseguramiento y autorrescate descritas en el libro utilizan un nudo que no conocía: el "nudo de mula". Me queda la duda, viendo las ilustraciones sobre la elaboración del nudo, si su utilización para bloquear el aseguramiento de un primero no exige soltar la mano de la cuerda por el cabo de retención: mal asunto sería.

Lo cierto es que que Montañismo, La libertad de las cimas (también conocido como "la Biblia" o "la Enciclopedia") es una referencia más completa, mejor escrita y estructurada.

Finalmente, por ser justos, me han encantado las participaciones en el libro de escaladores muy experimentados proporcionando consejos basados en su propia experiencia: hay que reconocer que son de una sencillez, honestidad y pragmatismo que no cuadrarían con la hibris que uno supone, no sé por qué, en escaladores de este nivel. Chapeau en este sentido.

sábado, 29 de septiembre de 2012

44 cartas desde el mundo líquido, de Zygmunt Bauman.


Zygmunt Bauman es un sociólogo polaco, profesor de la universidad de Leeds desde 1971. Se le conoce por haber creado el concepto de "sociedad líquida", que describe el estado actual de las sociedades desarrolladas en las que el cambio constante y la incertidumbre en sus valores debilita y hace provisionales las relaciones humanas. Ah, por tenerlo en mente: es premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010.

Por acercarme a su pensamiento poco a poco, busqué un libro que me ayudara a conseguirlo, y piqué con  "44 cartas desde el mundo líquido", una recopilación de cuarenta y cuatro artículos escritos por Bauman para la revista La Repubblica delle Donne entre 2008 y 2009, justo en los primeros momentos de la crisis económica. La estructura en breves artículos de varias páginas era ideal para hacer un lectura nocturna antes de dormir los días de diario, aunque algunos de ellos hubieran merecido una atención más concentrada y reflexiva, ésa es la verdad.

Y el sabor que me ha dejado el libro es agridulce, porque tras todo el pensamiento de Bauman en torno al mundo líquido existe un trasfondo de pesimismo, de que el nuevo estado de cosas "líquido" nos lleva a un mundo mucho peor, empobrecido respecto a nuestros sentimiento, valores, relaciones... todo lo más auténticamente humano. Y aunque sus razonamientos y ejemplos respaldan firmemente esta hipótesis, yo, que me puedo considerar a la vez sujeto (a nivel profesional) y objeto (a nivel personal) de estos cambios, no puedo dejar de tener un resquicio de duda sobre el pesimismo de Bauman, un soplo de esperanza. ¿Realmente las redes sociales, las nuevas tecnologías móviles, los mass media, sólo pueden tener un efecto pernicioso en nosotros? ¿Sólo existe la posibilidad de un horizonte oscuro, nihilista y frío como una utopía de ciencia ficción ciberpunk? ¿Otros cambios críticos en la humanidad (fuego, rueda, escritura, imprenta....) no fueron ambivalentes en este sentido?

Por otro lado, no todos los artículos tienen la misma profundidad de pensamiento, o resultan inspiradores. Algunos son ataques directos a los "poderes financieros" y al sistema económico capitalista como causantes de la reciente gran crisis sistémica de la historia, lo cual, a estas alturas, resulta un poco naïf y trivial. Sin embargo, la lectura de otros me ha proporcionado nuevos horizontes en sociología, o me ha abierto nuevas perspectivas sobre temas que siempre me han interesado, como el pensamiento de Camus. Y en uno de ellos, a Bauman se le escapa una pequeña posibilidad de que el futuro próximo líquido no sea tan sombrío como espera. En el artículo 42, "El porqué de la maldad", admite la posibilidad de que el mundo líquido, al  relajar o incluso disipar las rígidas jerarquías burocráticas de las organizaciones corporativas (privadas o públicas), permita poner en valor aspectos más personales como el carácter o la conciencia individual, lo que significaría, en gran medida, enriquecer, y no devaular, las relaciones humanas.

No podría decir que este libro es un "must", ni siquiera sé si le daría un aprobado (creo que debo encontrar otra obra de Bauman con más carga de profundidad), pero sí que ha cumplido con su función de acercarme a su pensamiento de una modo sencillo y gradual.






lunes, 30 de julio de 2012

A brief history of Norway, de John Midgaard

Cada vez que viajo a alguna parte intento leer algo de historia sobre el lugar, por aquello de conocer mejor a quienes voy a conocer y lo que voy a conocer. Las guías turísticas son descripciones estáticas de lo que uno ve, y además están llenas de detalles que, tras el "oh!" o el "ah!" consiguiente, se olvidan total y automáticamente: no llegan más allá de 5 minutos en la cabeza del ajetreado y dedicado turista.
En el caso de Noruega, país al que volveremos por tercera vez por unos buenos amigos que tenemos allá, ha sido particularmente difícil encontrar un libro de historia de edición reciente y que tuviera un alcance global, desde la prehistoria hasta la actualidad más cercana. En español, imposible. Y en inglés, muy difícil, fuera de las obras dedicadas a los vikingos, especialmente para el público infantil.
Así que tuve que recurrir a la segunda mano en Amazon, y conseguí este libro, perteneciente a una serie de publicaciones de la editorial Achehoug sobre cultura noruega, de geografía, etnografía, literatura, etc, realizada por escritores noruegos en inglés en los años 60. El ejemplar que conseguí era una reedición de 1989, consiguiendo tratar temas importantes de política y economía de los años 70 y 80. Lástima que no encontrara nada que me explicara la realidad noruega en los años 90 y la primera década del siglo XXI, pero probablemente eso debería considerarse actualidad y no historia... y además estaría escrito en noruego.
En fin, que la obrita se lleva un 4 sobre 5, porque está escrita de manera bastante amena, y sabe dar más atención a lo más interesante para el lector actual (siglo XX), y pasar más ligeramente por otras épocas menos acuciantes, como la prehistoria. Además sabe combinar con rigurosidad pero sin academicismos (no hay citas a pie, por ejemplo) todas las perspectivas: política, sociedad, religión, economía, relaciones exteriores, etc, etc. Por el lado de las mejoras, a veces es excesivamente complaciente (a estas de alturas en las que el post-modernismo lo impregna todo, la narración hubiera sido más aguda y cínica), como cuando habla de los líderes políticos recordados con benevolencia por el opinión común noruega; aunque uno no puede dejar de pensar que un libro sobre Noruega escrito por un noruego no puede por menos que destilar la misma autenticidad y bonhomía que tienen todos los indígenas de aquella tierra que he tenido la fortuna de conocer.
Pues eso: lectura recomendable para quien quiera saber algo más sobre este país, más allá de paisajes de fiordos, tipos humanos élficos, y su envidado estado del bienestar. Nada de todo lo bueno o deseable que tiene Noruega se consiguió sin esfuerzo, mucho esfuerzo, y un alto nivel de autoexigencia en todos los planos de la sociedad, lo que nos debería servir de ejemplo a todos los demás... y dejar de envidiar, que nunca ha servido de nada bueno.

domingo, 27 de mayo de 2012

The Wisdom of the Crowds, de James Surowiecki

Siempre que dejo un libro sin haberlo terminado, me quedo con un regusto amargo, mitad enfado, mitad tristeza: pienso en el tiempo empleado, en la esperanza de su contenido (¿quién no mira un libro que va a comenzar a leer como un tesoro oculto que va a descubrir?), en la oportunidad perdida de conocer otro libro diferente, etc, etc. En este caso -como en tantos otros-, tampoco puedo decir que sea un mal libro, ni en forma ni en materia: sólo que no era el libro adecuado para este momento. Después de haber trasegado ya decenas de otras fuentes sobre redes sociales, trabajo colaborativo, y crowds, y de estar al cargo de la implantación de un proyecto de estas características en una multinacional, las historias y aportaciones de The Wisdom of the Crowds se quedan un poco cortas: las primeras -las historias-, no profundizan más allá de casos interesantes sobre los que hablar, y las segundas -las aportaciones-, apenas son extractos de otras referencias más sesudas, empleadas habitual y hábilmente como explicaciones de las historias (en una especie de profecía autocumplida, no muy digna). Es un texto idóneo para el que da los primeros pasos en este terreno, porque da casos de ámbitos muy diferentes, y con distintas características, proporcionando además un listado interesante de referencias con las que continuar el camino. Pero si ya has caminado un trecho en estos temas, el libro se queda a un nivel superficial que lo hace farragoso a veces (el caso del fútbol italiano apenas tiene sentido dentro del libro), y en otras suena a historias viejas (el caso del accidente del Columbia no hace sino describir muchas enfermedades de cultura corporativa bien conocidas desde hace tiempo).
Así que lo dejo a la elección del lector: según sea su grado de conocimiento de estos asuntos, procede leer The Wisdow of the Crowds, o revisar la bibliografía para buscar fuentes más aprovechables.

sábado, 26 de mayo de 2012

Pregunta Principito: ¿Por qué sube el café por el terrón de azúcar?

Llevo haciéndome esta pregunta toda la vida. Y cada vez que compartía un café con alguien con conocimientos de física (por ejemplo, ¡porque era físico!), siempre se la he planteado, poniéndole en apuros... porque en general no sabían darme respuesta.
La explicación es sencilla pero, a la vez, complicada: se trata del principio de la capilaridad. Es la propiedad física de algunos líquidos (particularmente, del agua) de ascender por un canal minúsculo siempre y cuando el fluido esté en contacto con ambas paredes del canal, y las paredes estés suficientemente juntas. Esto sucede porque la fuerza de cohesión entre las moléculas del fluido es menor que la adhesión del líquido a las paredes. Cuando sucede al contrario, el líquido "no moja", como le pasa al mercurio, ni tampoco asciende.
En el terrón de azúcar tenemos multitud de estos "tubos" o "canales" creados por los intersticios entre los cubitos que componen el turrón: por eso el agua del café va ascendiendo. Es el mismo fenómeno que sucede cuando la tinta asciende por el papel secante, la mecha se empapa de petróleo en una lámpara o quinqué, y el agua progresa hacia la superficie desde las bolsas subterráneas, circulando a través del suelo. También explica (parcialmente) cómo sube el agua desde las raíces de las plantas sin tener que emplear energía para vencer la gravedad.

Aún con esta explicación, me quedan dos dudas:

  • Balance energético: si el agua asciende contra la gravedad, ¿no está adquiriendo energía potencial? ¿De dónde la saca? ¿Se enfría -aunque sea mínimamente- el café, al ascender por el terrón?
  • Densidad: si el agua sube por el canal, ¿no aumenta el volumen ocupado? Pero si su masa permanece constante, eso significa que pierde densidad... y si tiramos de termodinámica, esto también afectaría al balance energético.
Seguiremos investigando. ¡Se agradece cualquier aportación al respecto!

sábado, 21 de abril de 2012

Here comes everybody, de Clay Shirky

Sin duda, un "must" para cualquier persona interesada en el fenómeno de las redes sociales digitales. Shirky, demostrando una capacidad extraordinaria para percibir y registrar acontecimientos representativos del uso social de las nuevas tecnologías, es capaz de emplear multitud de ejemplos reales para mostrar por qué y en qué consiste la revolución digital que estamos viviendo. Su discurso se apoya en fuentes como la teoría de las organizaciones (Ronald Coase), la sociología, u otras obras dedicadas a este tema (James Surowiecki, por ejemplo), aparte de un nutrido grupo de referencias en internet y citas históricas acerca de cambios culturales de un calado parecido. Aunque realiza un intento de conceptualización ("Promise, Tool, Bargain"), necesario en una obra que busca dar una explicación general al fenómeno, creo que le falta el desarrollo necesario para poder emplearlo como "caja de herramientas conceptual" ante nuevos acontecimientos en las redes sociales; en todo caso, es uno de los pocos casos que conozco que intentan proporcionar una teorización válida.

Sólo por ser un poco más concreto, me gustaría destacar dos puntos que Shirky incluye en su epílogo:
  1. El caso de Aldus Manutius, impresor veneciano, que con su innovación de imprimir libros en tamaño "octavo", dando por descontado que el invento de la imprenta había llegado para quedarse definitivamente, fue el gran valiente de aquella revolución cultural, más que el propio Gutenberg.
  2. Y como reflejo del caso de Aldus, el hecho de que las nuevas generaciones actuales usen mejor las nuevas herramientas digitales sociales, rompiendo viejos modos de uso, no tanto porque sepan mejor cómo usarlas, sino porque no tienen que "desaprender" viejos usos anclados en otros medios y tecnologías.
Incluyo un enlace a una reseña del libro realizada por Bruce Schenier, gurú de la seguridad informática, que proporciona un comentario más prolijo y profundo que éste: Bruce Schneier sobre "Here comes everybody".

Finalmente, destacar que este libro posee una de las cualidades que me parece debe tener todo buen libro: te lleva a otros buenos libros que leer. Y sobre el tema de las redes sociales hay que seguir estudiando, porque estamos viviendo en primera persona una revolución que va a cambiar muchas cosas en la vida de las personas.

martes, 3 de abril de 2012

La inteligencia no verbal, de Joe Navarro.

Uno más de los miles de libros de autoayuda que llenan los anaqueles de las tiendas VIPS, los pasillos principales de El Corte Inglés, y los kiosko-librerías de estaciones y aeropuertos. Y, sin embargo, creo que acerté en la compra, porque no es una sarta de trivialidades autojustificadas con ejemplos a la medida, ni un cursillo de psicología barata.
Ya conocía el tema por todos los cursos recibidos en empresa sobre temas relacionados con la comunicación en el trabajo, especialmente en la gestión de personas y las relaciones comerciales. En todo caso, me ha proporcionado buenos momentos de reflexión, y proporciona (cosa rara en este palo) un buen conjunto de referencias bibliográficas, algunas realmente sesudas, para seguir profundizando en el tema.
A destacar: cómo hace hincapié en que la primera y más profunda vía de comunicación es el comportamiento, y cómo aborda el tema de la vestimenta, siempre escabroso, que plantea de un modo pragmático y sin rodeos. En el debe: sí que cae a veces en el pecado de los ejemplos justificadores, y entra de un modo superficial -para eso, no merecía la pena- en el tema de la presencia en la web de las organizaciones.
Resultado final: un aprobado, que cada vez tengo más caro para este tipo de libros. Y me ha reafirmado en lo siguiente: sólo tiene sentido adquirir estas publicaciones en formato electrónico. Probablemente sea la última edición en papel que me compro de un libro de este tipo.

La paradoja del bronce, de Manuel Conthe


La lectura del blog de Manuel Conthe en el diario Expansion, donde trata de manera recurrente diversos temas relacionados con las paradojas y fronteras de disciplinas como el Derecho, la Política o la Economía, me hizo buscar algunos de sus libros en los que trata de manera más prolija (y menos circunstancial) estos asuntos.

"La paradoja del bronce" es un libro ameno de leer, que abre al lector nuevas visiones sobre realidades supuestamente bien conocidas, y además proporciona, y provoca a leer, un buen número de referencias muy interesantes sobre cualquiera de los campos que trata. Desde la falacia del consumidor racional, sobre la que se basa gran parte de las teorías económicas liberales, hasta los sesgos de la memoria o la percepción, pasando por el error de mezclar riesgo, probabilidad e incertidumbre (véase "El cisne negro", de Nassim N. Taleb), etc, se tratan toda una serie de temas que ponen en tela de juicio las estructuras sociopolíticas, las teorías económicas y la psicología del individuo que actualmente se toman como dogma de fe, constituyendo el peligroso "pensamiento único" que empobrece nuestra visión y adormece -¿dulcemente, quizá?- nuestro raciocionio.

No diré que este libro es un "must", pero se lo recomendaré a cualquier persona preocupada o interesada, aunque sea superficialmente, en cualquiera de estos temas. De nuevo, como hace casi a diario en su blog, Manuel Conthe hace gala de una enorme capacidad de síntesis sin sacrificar un entretenido tono divulgativo y una profundidad que elude toda trivialidad.