Con el protagonismo cada vez mayor de la inteligencia artificial en nuestras sociedades, ha crecido la atención sobre el concepto de transhumanismo. Los pensadores que se pueden considerar parte de esta corriente de pensamiento, y sus reflexiones, tienen ya varias décadas de existencia; aún así, los últimos avances en ciencia informática, tecnología digital y biotecnología parece que han puesto al alcance de la mano progresos que hace apenas unos años parecían todavía ciencia ficción.
Tras una buena introducción inicial, el autor despliega su repaso del transhumanismo en dos vertientes principales:
- La posibilidad de crear sistemas artificiales tan inteligentes, o más, que los seres humanos, llegando incluso a construir seres sintéticos con las mismas capacidades físicas y mentales que las personas.
- El biomejoramiento: la posiblidad de manipular nuestra propia biología para superar enfermedades incurables o, yendo más allá, potenciar nuestras actuales capacidades o lograr otras nuevas, especialmente a través de la tecnología genética.
Me ha gustado especialmente que, tras describir el pensamiento de diversos protagonistas y sus aspectos comunes, Diéguez expone las debilidades de sus proyecciones y argumentos. Algunas no superan apenas unas pocas preguntas afiladas planteadas por el profesor.
La obra cierra con un pequeño episodio final que deja algunos puntos abiertos interesantes. Diéguez hace un curioso recorrido histórico y argumentativo sobre cómo la evolución en la producción científica tras la Segunda Guerra Mundial ha provocado un escenario de constantes anuncios grandilocuentes y fantásticas perspectivas, "el mercado de las promesas".
Sin embargo, sigue sin dar orientaciones, referencias, o incluso propuestas o hipótesis acerca de las decisiones éticas a los que todos estos avances nos abocan. Lo que queda claro es que tenemos que decidir qué deseamos, qué queremos que suceda, y eso lo tenemos que decidir entre todos; y a partir de ahí, orientar el progreso tecnológico de la humanidad en consecuencia.
Como apunte final de lector de ensayos, me hubiera gustado contar con un índice temático, tan útil cuando uno quiere recurrir a un libro leído hace tiempo como referencia en cualquier asunto. Estos detalles suelen cuidarse mucho en las obras de divulgación anglosajonas.
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